La empresa
La historia de la empresa fue escrita en los primeros meses de 2011 por el director general y fundador de la empresa Zeolitas e Insumos Nacionales, Señor Alejandro de la Madrid Tejeda, sin saberlo, estaría escribiendo parte de las virtudes que lo llevaron a sembrar en su esposa, hijos y colaboradores más cercanos la semilla de una de las empresas más serias en el estado de Veracruz comprometidas con el cuidado del agua y medio ambiente.
Su perseverancia, dedicación y entusiasmo durante los primeros 22 años de su negocio cimbró las bases de esta empresa, como inventor del sistema logró la patente nacional en el año de 2005 y ganó varios premios en los que se destacan los premios al Medio Ambiente otorgados por el Gobierno del Estado de Veracruz en 2002, 2005 y 2007 respectivamente situación que aprovechó para impulsar la empresa, registro las marcas y diseños industriales y dejar los cimientos del sistema de tratamiento de aguas negras a base de zeolitas sin precedentes en la historia de Veracruz.
Don Alejandro, Alejo como le decían sus más cercanos amigos dejó un legado para las futuras generaciones, murió de cáncer a los 71 años de edad el 1ro de julio de 2011 teniendo la fortuna de ver crecer el negocio familiar por el que había luchado toda su vida.
Dios le dio la gracia de no conocer el mal que le aquejaba, a su partida nos dejó escritos de su puño y letra los primeros años de historia de esta gran empresa:
Primer video promocional de 1991
Zeolitas, la piedra que hierve
En el año de 1989 me reuní en la ciudad de México con Alberto de la Madrid, mi hermano menor, para hablar de un mineral desconocido en México y por lo que el sabía este mineral era considerado por los países desarrollados como el mineral del siglo XX por las características impresionantes que tenía ya que era capaz por si misma de suavizar las aguas duras, por lo que los científicos que la estaban investigando ya la consideraban como la perfección de la naturaleza. Otra característica de este mineral, era que soportaba sin sufrir ningún deterioro en su estructura, cualquier tipo de ácido, por fuerte y poderoso que fuera, característica que hacía posible los intercambios iónicos.
Esto abría un abanico de posibilidades y usos que despertó mi curiosidad por investigar la posibilidad de mejorar la calidad de las aguas negras que tanto daño causan a todos los cuerpos de agua, contaminándolos en forma peligrosa ya para lo población presente y futura. La siguiente entrevista que tuvimos en la ciudad de Puebla, con la presencia del Dr. Carlos Bacuñan, mi hermano Alberto y yo. Carlos nos comentó que las zeolitas las había investigado los últimos 20 años descubriendo una serie de usos y que no había visto la posibilidad de usarlas para el tratamiento de las aguas negras.
El reto
Con esta información y ya entusiasmados con la idea nos pusimos de acuerdo para iniciar una serie de pruebas con aguas contaminadas de ríos y arroyos, así como las aguas negras de poblaciones, aguas de rastros, granjas porcicolas, aguas residuales industriales, etc.
El reto era serio y a la vez demasiado importante, creció mi entusiasmo sabiendo lo que esto significaba, decidí dedicarme de tiempo completo para lograr algún resultado favorable aunque fuera mínimo, para bien del agua ya que parecía que a nadie le interesaba el destino de las mismas. Carlos era científico reconocido internacionalmente, se había doctorado en catálisis en la Universidad Patricio Lumumba de Moscú y los últimos 20 años había investigado a las zeolitas. Por otro lado estaba Alberto con conocimientos en química y un gran investigador, con una cultura fuera de serie y muy entusiasta en todo lo que hacía.
Después de casi un año y meses de estar viajando a la ciudad de Puebla sin mayores resultados, todavía no estábamos listos para salir al mercado y ofrecer una solución real al problema de las aguas negras y residuales, y ante el hermetismo de Carlos para ocultarnos algunos datos técnicos, prácticamente estábamos en ceros sin contar para esas fechas con nada que nos entusiasmara, decidí ya no viajar a la ciudad de Puebla y dedicarme en la ciudad de México a iniciar nuevamente las pruebas y construir una maqueta tomando en cuenta todos los problemas inherentes como sería el diagrama de flujo, el diseño y el control de sólidos el cual era fundamental para lograr ofrecer una solución a un país que no contaba con la tecnología suficiente para resolver este problema que solo parcialmente se le estaba dando y que era insuficiente, las descargas de las aguas negras de las poblaciones a los ríos y arroyos continuaba y en el 60% de las aguas no se les daba ningún tipo de tratamiento.
Yo tenía ya muy claro que las zeolitas, eran una buena alternativa y una magnífica solución, ¿estaríamos a tiempo?
La realidad
Los ríos son las venas del planeta, si por la deforestación de los márgenes de los ríos y por las descargas de aguas negras, estos terminan en drenajes a cielo abierto y terminan por morir sin que nadie o casi nadie hiciera algo por evitarlo.
No podíamos esperar a cortar el último árbol ni podíamos esperar a contaminar hasta la última gota de agua. Era indispensable hacer a un lado los intereses económicos y buscar ya una solución que fuera práctica y adecuada a una realidad que ya nos había rebasado. Sabía que la corrupción sería un obstáculo para lograrlo, que no sería fácil dar a conocer una tecnología nueva y practica aunque a veces me hacía ilusiones que el sentido común se impondría y poco a poco las descargas de aguas negras sería controladas con plantas de tratamiento económicas y capaces de mejorar la calidad del agua de las mismas y dentro de las normas establecidas por las autoridades del agua.
Tenía que lograr dejar el agua lo mejor que se pudiera para reciclarla y de esa manera ahorrar agua para evitar a futuro una tragedia nacional.
Alejandro de la Madrid Tejeda
Fundador